29.6.10

Carne Pública

¿Escucharon esas cosas, harto incomprensibles desde luego, que dicen los artistas? Eso de que si en alguna de sus apariciones o intervenciones llegaran a conmover tan sólo a alguien, tan sólo a una persona, a una solita perdida eventualmente entre el monstruo de mil cabezas que es el público y bli, blu, bla...
Buen, aquí va un mail, que nos mandó un nuevo amigo, que da aire y permite que Carne Argentina pueda echarse a dormir. Un rato.
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La revelación poética ocurre en un disparo de rayo. Salgo de la radio, después de participar en un programa, entro al bar, escucho la voz de alguien que lee, me acerco, camino unos pasos, veo la luz que ilumina al hombre, al hombre que es iluminado, lo reconozco y quedo asombrado, es Mairal, me quedo desubicado y expectante. La lectura es prolija, distendida, me invita, se acerca. Empiezo a descifrar entre las palabras un viaje en colectivo. Las imágenes comienzan a surgir, son relámpagos inesperados, entonces cierro los ojos, soy arrastrado por la voz poética que va dejando tatuajes en la mancha disonante del silencio. Ocurre, digo, la revelación, el golpe en la frente. Las palabras reinventan un nuevo génesis, el sentido primitivo del tiempo, soy arrojado dentro de un colectivo, inundado de sensaciones, soy más de lo que soy, parado entre la gente, con los ojos cerrados, entreveo el secreto humano del lenguaje para luego quedar vacío y completo, en una intima ambigüedad animal. La lectura finaliza. Así descubrí a este poeta. Estoy agradecido por la lectura del jueves a cargo de Mairal. Espero que le hagan llegar mi agradecimiento. Ayer conocí a César Mermet, y ayer conocí el ciclo, no es algo menor. Les dejo mis felicitaciones, y un abrazo. Marco.
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¡Gracias, Marco!
y gracias a Pedro y a su apostolado mermetiano (Mairal dixit).

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