Fernando Noy, entrañable amigo de la Carne, volvió una noche para traernos a su amiga y una de las voces más importantes de la poesía argentina del Siglo XX, Amelia Biaggioni. Jalonando de recuerdos de lo vivido con ella Fernando leyó como nadie sus poemas magníficos y deslumbró a nuestro público que lo siguió con amorosa atención, como se oye a quien es parte de la historia y a quien nos devuelve nueva y brillante a quien ya conocíamos.
Aquí el fragmento final del poema Me distraje un instante.
[...]
Fija, vaciada, ausente, / un agujero soy / por donde pasa el mundo, / veloz, sin detenerse, / agitando sombreros, / se escurre en mi vacío, / cómo huye. / Oh puerta, piel, árbol jadeantes, / ¡paren, basta! / Suplico sin lengua, / me interpongo sin cuerpo. / Es inútil, / adiós, adiós / Y todo lo que pasa / y se aleja cantando / con feroz alegría, / no vuelve, no recuerda.
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