Un exitoso ciclo de lectura que pone toda la literatura al asador
Está integrado por Alejandra Zina, Selva Almada y Julián López y ha convocado a los escritores más significativos para poner en escena el acto de leer. En 2013, para su octava temporada, planea invitar a autores de todo el país.
Por:
Natalia Páez
Natalia Páez
Es una rareza que una acción de marketing sobreviva a aquello que tenía
como misión promocionar. Es una rareza, entonces, que un ciclo de
lectura, creado para difundir los libros de una editorial independiente,
no sólo la sobreviva sino que se vuelva en sí mismo el espacio
convocante para los que disfrutan de escuchar literatura. El Ciclo Carne
Argentina, se comió a la editorial que le prestó el nombre –Carne
Argentina– y que dejó de existir en 2008 habiendo publicado entre otros
autores a Alberto Laiseca.
Tres escritores, que eran habitué de otros espacios donde se leía poesía
o narrativa y editaban en la extinta editorial, crearon este que es uno
de los ciclos de lectura más exitosos y convocantes de la escena
nocturno-literaria actual y que estrenará en 2013 su octava temporada.
Ellos son Alejandra Zina (Barajas; Plaza Janés), Selva Almada (El viento
que arrasa; Mardulce) y Julián López (Poemario Bienamado, Antología de
poesía de Clara Muschietti), los ideadores y coordinadores del espacio
que armaron en el bar de FM La Tribu (Lambaré 873). Son los padres y
madres de la criatura.
La clave de su convocatoria es proponer una puesta en escena del acto de
leer. Recrear el ritual en el que tanto escritores consagrados como
nóveles se suben al escenario para que otros dejen que les lean, como
cuando eran niños. Del rito participan los escritores, en cercanía de
quienes los escuchan, en un clima íntimo, teatral. Por allí ya pasaron
ciento veinte autores de distintos géneros y estilos entre ellos Carlos
Gamerro, Leo Maslíah, Juan José Becerra, Ariel Magnus, Pedro Mairal,
Fernando Noy, Hebe Uhart, Diana Bellesi, Irene Gruss, Leopoldo Brizuela,
Pablo Ramos, Matilde Sánchez, Félix Bruzzone y el poeta Jorge Aulicino.
Como también autores de la crónica literaria y periodística como María
Moreno, Josefina Licitra, Ricardo Ragendorfer, o Cristian Alarcón. Pero
no sólo se trata de convocar a escritores sino también a creadores de
otros rubros como músicos o cineastas. Tal fue el caso de Albertina
Carri, o de los fotógrafos como Marcos López y Marcos Zimmermann.
En 2013 la apuesta se redoblará porque piensan convocar a autores de las
provincias. "No queremos invitar a los ya consagrados, a esos los
conocemos, sino apostar a nuevos y buenos escritores que no tienen mucho
acceso a que su obra se difunda", explicó Alejandra Zina.
Entre los ciclos de lectura que lograron imponerse se encuentran los de
poesía El yacaré cumbiao, Maldita ginebra (que luego de 15 años de
realizarse todos los viernes en el barrio del Abasto cerró sus puertas
el último viernes 21), o La voz del erizo. Entre los de narrativa el
clásico es el del Grupo Alejandría (en un bar de San Telmo) que lleva
nueve años continuados.
Cada función de Carne Argentina se estructura en dos o tres bloques de
lectura de no más de diez minutos, para que no decaiga la atención. En
cada corte es cuando se come, se toma, se charla, se sale a fumar, se
escucha música. Cuenta con cinco funciones al año, cuatro se
corresponden con cada estación y la última función del año es temática y
se dedica a mezclar, revisitar, releer a autores queridos, desconocidos
o recontraconocidos. Al gusto de los editores de este espectáculo de la
lectura. Tienen su blog .
–Son una especie que suele extinguirse en uno o dos años. Sin embargo ustedes ya van por el octavo, ¿cómo lograron persistir?
Julián López:– Una de las razones por la que seguimos organizando estas
lecturas es porque seguimos pasándola bien después de tantos años y
porque a la gente parece gustarle participar de ese rito que es ir cada
tanto a conocer nuevas escritoras y escritores y ver más de cerca de
algunos que ya conoce. Solemos probar los textos, porque algunos pueden
ser excelentes pero no para ser leídos. Además colabora con nosotros un
grupo de amigos que hace de cada lectura una puesta. Músicos,
escritores, que nos ayudan con los flyers, con el registro de la noche,
con la ambientación, con el video de presentación…
Selva Almada: –Hay muchos ciclos de poesía a los que les resulta difícil
hacerla funcionar también con lecturas de narrativa. Entonces no
persisten. Algunos muy buenos duraron sólo un año. Nosotros persistimos.
Hay una cosa efervescente de ciclos que hace que haya muchos ciclos que
no se sostienen en el tiempo.
–¿Qué novedades traerá el Ciclo Carne Argentina en 2013?
Alejandra Zina: –Queremos invitar a autores del interior. Un año tuvimos
una beca con la que convocamos a autores. Este año queremos apostar
fuertemente a eso. Es el gran problema de la concentración cultural y la
presencia de editoriales en Buenos Aires, y la dificultad que tienen
los autores del interior por falta de visibilidad y circulación. No
vamos a poner el foco en los autores famosos sino dar la posibilidad a
otros escritores de mostrarse. Un año trajimos a Gabriel Ceballos,
correntino, que luego fue finalista del Premio Herralde de Novela. Él
nos habló de otro autor, el chaqueño Miguel Ángel Molfino, a quien
también invitamos.
–¿A qué creen que se debe el éxito de la convocatoria?
JL: –El público se muestra ávido de conocer materiales nuevos e
interesado en la mezcla de géneros. En 2005 y 2006 hubo una explosión de
ciclos de lectura, a los que asistíamos con mucha regularidad. Así que
se nos ocurrió hacer el nuestro un poco por contagio, otro poco porque
había cosas de esas propuestas que nos parecían aburridas o desprolijas.
Apostamos a armar algo distinto. Construir un espacio donde la gente
fuera a escuchar, a disfrutar del autor leyendo en vivo; y no a tomar
cerveza y hablar mientras alguien intentaba leer. Una de las cosas de
las que más nos enorgullecemos es de nuestro público, de lo que se
genera cuando se bajan las luces del bar y empieza la lectura. La gente
de verdad disfruta las lecturas y nos sorprende la curiosidad de los
espectadores a quienes siempre les ofrecemos algo distinto y que quiebre
con lo anterior. Hay relatos más fácilmente acomodables a la oreja del
público pero incluso con la poesía o las cosas más del orden del ensayo o
la crónica la atención es siempre concentrada y agradecida. Eso, para
nosotros es muy conmovedor y, sin dudas, una de las cosas que renueva
nuestras ganas.
SA: –Creemos que el interés tiene que ver también con la diversidad. Hay
ciclos que son sólo de poesía o sólo de cuentos. Nosotros invitamos a
narradores, a poetas, a periodistas, incluso gente que no escribe sino
que se dedica a otras áreas. Invitamos artistas plásticos, cineastas.
Una de las sorpresas fue que cuando invitamos a la directora de cine
Albertina Carri escribió para el ciclo especialmente un texto que
resultó extraordinario sobre su experiencia de parir en su casa a su
hijo.
AZ: –El público de Carne va dispuesto a escuchar. Aunque no es siempre
el mismo, hay un grupo estable, pero también hay gente que va porque lee
un autor en particular. Y también se trata de un público heterogéneo en
cuanto a edades, ocupaciones, intereses. «
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