María Elena
Walsh, Idea Vilariño, Elvira Orphée, Leda Valladares, Niní Marshall. Leopoldo
es hombre de grandes mujeres, amigas, maestras, ídolas desde su juventud. Lo
leímos hablando de ellas, con ellas, y lo leímos, aquí y allá, en notas,
recuerdos, historias criollas y cosmopolitas, actuales y remotas, como sus
novelas Inglaterra. Una fábula o Lisboa. Un melodrama. Esos sustantivos
que acompañan los títulos (fábula, melodrama), hablan de una pasión por los
géneros que inician nuestra educación sentimental, hablan de la ficción pero también de la música: “A los cuarenta
años, cuando el tiempo se acorta, puse todos mis esfuerzos en el
cuestionamiento de ese modo de entender el amor, que, evidentemente, no había
inventado yo; era el modo de amar de mis ancestros, de mis padres, ése en fin,
que puede verse enunciado inmejorablemente en la canción popular
latinoamericana y argentina de los años treinta y cuarenta, esto es, en el
melodrama”. El tango, el folklore, el fado, hacen vibrar las palabras de Brizuela,
traductor de otras lenguas, poeta, periodista, narrador exquisito. Y tendríamos
que agregar, hijo de marinero y viajero. Hoy, con el Premio Alfaguara a cuesta,
anda saltando de país en país y en el medio se hace un momento para viajar de
La Plata a La Tribu.
La tribu, otro de los escenarios de sus
novelas, y los indios. Los blancos en tierras aracaunas. Como el loco de
Salvatore Onelli que peregrina a la Patagonia para enterrar a su criada india.
La cierva
que nos trajo, tiritando en el carro, la Compañía Inglesa de Tierras del Sur,
la que al mirar la jaula que Onelli construyera jaló de la traílla con tanta
virulencia que se quebró una pata, y que al entablillarla, en su afán de
zafarse, se quebró una segunda, y que al curarle esta otra sacudió la cabeza
con tal fuerza que se rompió el pescuezo, convenciendo a Onelli que habría que
proceder y la degolló allí, delante de los niños alelados, como si el degollar
fuera un signo secreto, el fin de una batalla, esa cierva salvaje ¿qué nos dice
del miedo? ¿Fue cobarde o rebelde? ¿Fue suicida o mató, ya que nadie es el
mismo? A esa cierva que dieron por fin al león y a los buitres, ¿quién, ahora,
no la envidia? [de La locura de Onelli]
Estamos muy
contentos de tenerlo a Leopoldo con nosotros, de estrenar la primavera con su
música de aquí y de allá. Blancos, indios y mestizos, los esperamos a todos la
noche del jueves 27, en La Tribu.
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