3.10.11

Natalia Litvinova

Ámame. Todo lo mío es tuyo./Cede ante mi inutilidad amorosa./Soy mortal y amarga como el almendro,/más tierna que la muerte, más ilusoria y amarga. [Cherubina de Gabriak]
Conmovedora Natalia Litvinova leyendo a sus poetas rusas favoritas.

28.9.11

¡Ya llegó la primavera!

Ciclo Carne Argentina/ Colección Primavera

Los wachipoemas de Oscar Fariña

El ojo del gran fotógrafo Marcos Zimmermann

Dos relatos porteños de Raúl Escari

Un trío de poetas rusas entonado por Natalia Litvinova

+ Videos de Rusi Millán Pastori

Una noche imperdible.

Jueves 29 de septiembre, 21 hs.

Bar La Tribu (Lambaré 873)

Entrada gratis

26.9.11

Hijo de hombre

La primera historia que le escuché a Fariña fue sobre un asesinato. Él tenía catorce años y había ido, como todos los veranos, a pasar las fiestas en Puerto Rosario, Paraguay, donde vive la mayor parte de su familia. En un momento, se acerca un tío arriando una vaca, le alcanza un cuchillo y le dice: Matala vos.
Me imagino el momento en que el chico empuña el cuchillo mientras varios hombres sostienen al animal, el momento en que el chico cuenta uno-dos-tres para darse envión, y finalmente el momento en que degüella a la vaca con una fuerza que no sabía que tenía.
Ese chico que hoy confiesa no poder matar una mosca es el hombre fanático de los zombies, Lost y los Wachiturros. El mismo también que escribió los poemarios “Pintó el arrebato” (Colección Chapita, 2008), “Mamacha” (Felicita Cartonera, 2008), “Un ballet de policías en el agua” (Cartonerita Solar, 2009), “El velo hermafrodita de la lengua” (La Propia, 2009). Y El guacho Martín Fierro (Factótum Ediciones, 2011), una atrevida reescritura del poema de José Hernández en clave tumbera.
Oscar Fariña, paraguayo de nacimiento y porteño por adopción, desensilla en la noche primaveral de Carne Argentina para deleitarnos con sus versos que tienen la dulzura del guaraní y la ferocidad de la gauchesca.

25.9.11

Retrato de una loca

¿Usted conoce alguien que haya vivido en un altillo? ¿conoce alguien que haya morado en la buhardilla de Margueritte Duras? ¿Ha visto alguna vez a alguien rolando un porro junto a William Borroughs, en un balcón de la París de Foucault, de Copi, de Barthes, de Sarduy, la París que tiene la jeta de Simone de Beauvoir?
Este jueves viene a Carne, trayendo su cuerpo flaco y su voz de entonaciones difíciles de ubicar en el pentagrama de los géneros, Raúl Escari. Hacía mucho que queríamos tenerlo a tiro para disfrutar de sus relatos porteños, de sus cuentos de loca desbocada en la parte de atrás de lo mejor de la última mitad del siglo XX. Su trayectoria da cuenta de las cuestiones más importantes de aquí y de allá, amigo de Piri Lugones –secreto testigo de su relación con Rodolfo Walsh-, y coprotagonista sudaca del mayo del 68 en la capital mundial de la baguette, el escritor parece bordearlo todo. Y tal vez eso sea lo más atractivo: relata desde el borde y aunque se embarre en infidencias desde el epicentro mismo de sus sábanas, Escari parece merodear, con la vista fija en las modulaciones del agua, una piscina en la que muchos otros eligieron zambullirse. Sobreviviente de una generación que forjó su obligada heroicidad frente a la armadura invencible de los genocidas o enfrentándose más tarde al fusil humeante del Sida, Escari viene a Carne Argentina silbando bajito y sin demasiada cucarda. La construcción del héroe suelen necesitar cuerpos que se arrojen decididamente al frente o que se queden en la retaguardia de la resistencia, los relatos de la admiración casi nunca se forman a partir de los que participaron a hurtadillas, desde el desván de una escritora mítica.
¿No conoce, entonces, alguien que haya vivido en un altillo?
Venga en la noche del jueves a Carne Argentina, nosotros, con felicidad secreta y admiración genuina –la ñata contra el vidrio podría decirse- se lo presentamos.

23.9.11

Devolver la mirada

Hace unos días mi madre me contó de un taller que hizo hace poco; no entendí muy bien de qué era, pero tenía que ver con relacionarse con el otro. Uno de los ejercicios que les propuso el coordinador fue mirar a los ojos durante 1 minuto a la persona que cada uno tenía al lado. Uno dice 1 minuto y no es nada, me dijo, pero te juro que fue insoportable, no pasaba nunca!
Supongo que los buenos fotógrafos no son sólo los que saben mirar sino los que logran que se les devuelva la mirada: es lo que me pasa con las fotografías de Marcos Zimmermann... aun en aquellas composiciones donde no hay personas, como la bellísima serie Río de La Plata, uno siente que el "fotografiado" sostiene y devuelve la mirada al fotógrafo y, por añadidura, a los espectadores.
En una nota a propósito del asesinato de un poblador toba que reclamaba sus tierras, Zimmermann cuenta su experiencia con el pueblo quom a quienes retrató para su libro Norte Argentino: una vez publicado el libro se lo envió como regalo de agradecimiento a su cacique Fernando Sanabria. Tiempo después recibió una carta en la que Sanabria ponía a su disposición "el corazón y la tierra de su pueblo"... desde entonces, dice, tiene un lugar adonde ir a morirse. Zimmermann miró a los quom y los quom le devolvieron la mirada: no como se devuelve un regalo no deseado, sino como se devuelve algo que se aprecia muchísimo: con algo tanto o más valioso.
El jueves 29 de septiembre, Marcos Zimmermann estará en Carne Argentina, mirándonos y contándonos un montón de cosas de su precioso oficio.

21.9.11

El ombligo del poema

Natalia Litvinova nació en Gómel, Bielorrusia, y a los diez años emigró a Buenos Aires. Es poeta [publicó el libro Esteparia, Ediciones del Dock], y traductora de poetas rusos al español, según dice gracias a que su madre, cuando partieron de su tierra natal, llenó una valija con libros de poesía en vez de ropas o de otras cosas con las que suelen llenarse las valijas.
En una entrevista con la revista Ping Pong, cuando le preguntan acerca de su método a la hora de traducir, Litvinova dice: Cuando mis ojos se posan sobre la foto del poeta, comienza la traducción. Haber leído a los poetas y narradores clásicos rusos me ayuda mucho a traducir serenamente un poema cargado de palabras o expresiones rusas que ya no se suelen usar. Leo varias veces el poema en voz alta, para reconocer su ritmo e intuir si esa música podrá o no ser trasladada al español. También leerlo varias veces ayuda a que la traducción no resulte tosca, me refiero a que no resulte mecánica, de versos que no vieron la cara del verso que le seguía. Hago la traducción cuando reconozco el vientre, el ombligo del poema, el lugar por donde pasa lo que lo nutre.
El jueves 29 de septiembre, en la Colección Primavera, Natalia Litvinova adornará nuestros cabellos y nuestros oídos con las flores más bellas de la poesía rusa, seleccionadas y traducidas por ella.

12.9.11

Colección Primavera

Ponga a orear sus trusas de media estación para que se les vaya el olor a naftalina, repase los remiendos de esa blusita con volados que siempre garpa, aféitese el bigote -cualquiera sea su género-, deje que la brisa de septiembre acarcie su facie sedienta de amabilidad. Prepárese: la estación de las flores arranca oficialmente en el sitio acostumbrado: Carne Argentina.
Colección Primavera
jueves 29 de septiembre
21 hs
bar de FM La Tribu
[Lambaré 873]
entrada gratis

6.9.11

¡Estamos requetecontentos! salió Barajas!!!

Una azafata y sus recuerdos, una tripulación que deja mucho que desear, cientos de pasajeros maleducados y una escritora que no le teme a las alturas.
Barajas
una novela de Alejandra Zina.

15.8.11

María Inés Aldaburu

Actuando "Evita vive" de Néstor Perlongher.
*
[...] "Compañeros, compañeros, quieren llevar presa a Evita" por el pasillo. La gente de las otras piezas empezó a asomarse para verla, y una vieja salió gritando: "Evita, Evita vino desde el cielo". La cosa es que los canas se las tomaron, largaron a los dos pendejos que encima se hacían muy los chetos, y ella se fue caminando muy tranquila con el flaco, diciéndole a la gente que estaba en el patio primero y después en la puerta: "Grasitas, grasitas míos, Evita lo vigila todo, Evita va a volver por este barrio y por todos los barrios para que no les hagan nada a sus descamisados". Chau loco, hasta los viejos lloraban, algunos se le querían acercar, pero ella les decía: "Ahora debo irme, debo volver al cielo" decía Evita. Nosotros nos quedamos quemando un poco más y ya nos íbamos, entonces algunas tipas nos hicieron pasar a las habitaciones para que les contáramos –las mismas que hasta hacía una hora nos habían hecho una guerra que no podía ser–. Jaime y yo les hicimos toda una historieta: ella decía que había que drogarse porque se era muy infeliz, y chau, loco, si te quedabas down era imbancable. Claro, la gente no nos entendía, pero como no estábamos haciendo laburo de base sino sólo public relations para tener un lugar no pálido donde tripear, no nos importaba. Estábamos relocos y las viejas déle coparse con el llanto, nosotros les pedimos que ese bajón de anfeta lo cortaran, sí, total, Evita iba a volver: había ido a hacer un rescate y ya venía, ella quería repartirle un lote de marihuana a cada pobre para que todos los humildes andaran superbien, y nadie se comiera una pálida más, loco, ni un bife.

10.8.11

Osvaldo Baigorria

Leyendo un artículo que Néstor Perlongher escribió para la revista Cerdos&Peces y cartas que Osvaldo recibió de Néstor entre 1978 y 1986. Estas cartas están compiladas en el libro Un barroco de trinchera (Mansalva) y son crónicas de batalla atravesadas por la guerra de Malvinas, los estertores de la última dictadura militar, la lucha por la igualdad de las minorías, su exilio político y sexual en Brasil, sus acciones de poeta inédito hasta la posterior circulación de su obra.

6.8.11

Ioshua

Leyendo "Los jóvenes" (1953) de Carlos Correas.
*
A la una de la mañana el Anchor languidecía. En el mostrador del bar, varios putitos de calzoncillos anatómicos beben Coca-Cola. Junto al piano bailotean torpemente dos ingleses de porongas lechosas. Los farolitos rojos dan la justa luz para ese pequeño quilombo de pajeros. Mesitas alcahuetas y lustraditas, mozos con aire de perros, espejos estratégicos para que los putitos se deseen de reojo. En una mesa, alrededor de un podrido olor a pescado, hay una hembra fermentando. En la pared del fondo, una lámina vieja de Elizabeth y Felipe de Edimburgo (se comentaba que Felipe ya no se la da más por el culo porque Elizabeth se tiraba muchos pedos y como es sabido, los de Elizabeth Arden). Y en el aire un crepitar bullicioso, una guasca hecha polvo brillante y estrellado.

3.8.11

María Moreno

Leyendo crónicas de Enrique Raab.
*
Me siento muy orgullosa de participar de esta lectura. Enrique Raab, Carlos Correas y Néstor Perlongher vivieron la experiencia gay, uso la palabra operativamente y segura de que entre ellos hubiera generado más de un debate en fricción con sus lecturas de Marx. La negociaron de distintas maneras: Raab pensó que la política sexual estaba en el mañana de la revolución, Correas tuvo su guía en Los caminos de la libertad, de Sartre, y Perlongher se atrevió a articular deseo y revolución en la misma palabra: política [...]

1.8.11

Cuerito 'e chancho

Julián López leyendo el editorial con que comenzamos el banquete.
*
Hoy es una velada especial de nuestro ciclo dedicada a rescatar la obra y la figura de Carlos Correas, Enrique Raab y Néstor Perlongher, que para nosotros no son solamente narrador, cronista y poeta, sino también pensadores de sí mismos y del mundo que los rodeaba.
Los tres eran putos. Los tres están muertos. Y en esas muertes nosotros leemos algo concentradamente argentino. Enrique Raab fue secuestrado, torturado y asesinado en la ESMA. Néstor Perlongher murió de sida en San Pablo, en una continuación del exilio de los 70. Carlos Correas se cortó las venas y se tiró al vacío desde una ventana de su casa. Un suicida ansioso, que no pudo esperar a desangrarse y que no quiso sumar otro fracaso. Pensamos que dejaron una marca muy profunda en la cultura argentina, acaso latinoamericana, de la que todavía no nos apropiamos. Por eso es difícil tener una dimensión de los alcances políticos-literarios de su obra. Pero más allá de cualquier lectura que podamos hacer, son escritores extraordinarios. Carne de Chancho suele ser una provocación desdeñosa con que los machitos reafirman que “ellos no”, pero a nosotros NOS ENCANTA LA CARNE DE CHANCHO. Tengan todos muy buenas noches, muy buen provecho y que la pasen muy bien.

Calentando motores...

Vacayendo gente al baile a manducar la carne de chancho.

28.7.11

Esta noche... ¡todos a la tribu!!!

Ciclo Carne Argentina presenta
"Carne de Chancho"
*
ENRIQUE RAAB
por María Moreno
CARLOS CORREAS
por Ioshua, Emiliano Jelicié & Pablo Klappenbach
NÉSTOR PERLONGHER
por Osvaldo Baigorria & María Inés Aldaburu
*
Videos de Rusi Millán Pastori
*
Jueves 28 de julio, 21 hs.
Bar de La Tribu (Lambaré 873)
Entrada gratis

22.7.11

Hay cadáveres: Néstor Perlongher

¿Qué supone la prueba del delito, la obra como cadáver? ¿Lo que hubo, lo que queda, lo que se pudre, lo que es imposible de apropiar, la herencia? ¿Cómo se trae a Perlongher en medio de tanta evocación? De todos los nombres que propusimos para la noche de Carne de Chancho, noche de putos pasados a degüello, Perlongher era el que evitamos hasta último momento. Evocar al más evocado, seguir soplando para que flamee la bandera de un sentido que se achata a medida que lo forzamos. Todo parece terminar en un comme il faut, un remedo, como uno de esos espantosos jeans nevados, de lo que es preciso mencionar para quedar del lado correcto, agarraditos a la baranda de lo esperable, ¿otra vez Perlongher?
Pero, ¿cómo no traer a Néstor Perlongher?
Renovar la catedral misteriosa que sigue provocando, la diatriba constante en amorosa trinchera, sólo él y su cuerpo pequeño persiguiendo una desobediencia que hoy mismo, en la bulla de la normalización de identidad de género, sigue provocando, sigue recordando que la insolencia se paga con el desprecio, con el asco.
Evocar la identidad de uno tan grande para quien la identidad era nomás un coágulo, un accidente a disolver en la obligada geografía cultural. Uno para quien la deriva era el modo de deambular la existencia, como el miché de lomo más atormentador que hace poner en el deseo inclaudicable la proa angustiosa, vital.
Tal vez, todavía no se tenga dimensión real del aporte político, estético y ético de este poeta, ensayista, sociólogo y antropólogo único. Por suerte quedan sus textos y quedan testigos directos para retornarlo activista: Carne Argentina invita a dos de sus amigos, que por suerte compartimos,: María Inés Aldaburu y Osvaldo Baigorria, a la noche del jueves 28 de julio, para adentrarnos en el misterio fértil y tan concentradamente argentino del inventor del neobarroso.

20.7.11

Crónica ejemplar: Enrique Raab

La notable (¡!) experiencia de ver en teatro a Mirtha Legrand, el cruel escarnio a Borges por su gorilismo, la revolución de los claveles en Portugal, Mar del Plata como una viñeta del frenesí de la soledad de los argentinos, todo, todo es materia cronificable para este vienés, nacido en febrero de 1932 y radicado con su familia en Buenos Aires a los pocos años, ante la inminencia de una Europa estragada por el nazismo. Enrique Raab es quizá el referente mayor de un periodismo que no necesitaba del subrayado bajalínea y concientizante que hoy impera en los medios. La estrategia de Raab era ponerse ahí, a mirar con curiosidad y con una deslumbrante inteligencia que le permitía confiar en la materialidad de la palabra sin recurrir a la construcción de bloques de concreto ideológico. Quien lea sus crónicas de octubre de 1973 publicadas en La opinión, sobre la Plaza de mayo, podrá encontrar ahí, en esa visión panorámica y pretendidamente despojada de las manifestaciones de entonces, una radiografía extraordinaria de ese tiempo político, de la vanidad facciosa, de la más pura inocencia y la manipulación del horror vigilante y creciente, del imparable motor que suponía el erotismo para la lucha armada (coger no sólo era probable entonces, también era una de las promesas que podían materializarse conforme la revolución bajara de su estatus ideal, utópico). O, a la luz del presente, podría leerse también una especie de déjà vu precarizado sobre lo que quedó tras el arrasamiento.
Amante del cine, del teatro, de la música, de la literatura, la búsqueda de la elegancia y la belleza también tenía a Raab como un jugado militante del PRT y en los 10 años que van desde 1965 al 75 escribió en los medios más importantes un cuerpo de crónicas inigualables en estilo y en potencialidad transformadora. Estás muerto, judío, rusito, comunista, son las amenazas con que la Triple A comenzó la crónica de un asesinato anunciado: el 16 de abril de 1977, un grupo de tareas ametralló la puerta del departamento en el que Raab vivía con su hombre y se llevó a los dos heridos: al novio por una semana; Raab, en tanto, es uno de los 100 periodistas torturados, asesinados y desaparecidos por la dictadura. Quien quiera asomarse a la maravilla de sus escritos puede revisar en Mercado Libre (la más desalmada paradoja parece ser lo único que quedó para nosotros) y buscar “Crónicas ejemplares, diez años de periodismo antes del horror” el excelente libro en el que Ana Basualdo recoge las mejores crónicas de este periodista extraordinario. Carne Argentina se enorgullece en traer a Enrique Raab a su Carne de Chancho, una fecha de homenaje a figuras entrañables, de enorme valor y descomunal coraje.

17.7.11

Carlos Correas: "Yo era un puto frenético"

En algún momento la homosexualidad fue vivida orgullosamente como una forma de transgresión, una provocación a la moralidad burguesa y la institución familiar. En algún momento, los gays (que a sí mismos no se llamaban así) formaban en la ciudad una tribu semioculta. Tenían, claro, sus lugares para el levante o la cojida: el bar La Academia, el cine Eclair (actual Lorca), el paraíso y los baños del Teatro Avenida, los hotelitos de Avenida de Mayo, el parque de Retiro. Uno de estos yiros es la anécdota de “La narración de la historia” de Carlos Correas, publicado en la revista Centro en diciembre de 1959. Por este relato, Correas fue condenado a seis meses en libertad condicional por “publicación obscena”. Mientras intentaba terminar la carrera de Filosofía y Letras, escribió cuentos como “El revólver” y “La Caja”, colaboró en la revista Contorno aunque admiraba a los escritores de Sur y andaba en yunta con Juan José Sebreli y Oscar Massotta. “[En esa época] Yo era un puto frenético. No un puto frenético en el sentido, digamos, de desenfreno sexual, sino de desenfreno homosexual. De llevar la homosexualidad hasta los mayores extremos. Yo, por ejemplo, como homosexual me he prostituido” (Entrevista con El Ojo Mocho, 1996). Por esos años Correas simpatizaba más con la figura de Eva Perón que con el peronismo, hasta que Sartre y el existencialismo se transformaron en su referente político, intelectual y hasta sexual. En los 60, decide cortar las relaciones homosexuales porque lo horrorizaba “ser un puto de cincuenta o sesenta años”. Durante la dictadura escribe la novela Los reportajes de Félix Chaneton en torno a un personaje que vive la bisexualidad de manera vergonzante y culposa. En los 90, mientras ejerce como docente universitario, publica el ensayo Operación Masotta donde analiza de forma despiadada la figura pública de su ex amigo y las modas intelectuales de su generación; y una crítica sobre la obra arltiana inspirada en los libros de Sartre sobre Genet y Flaubert. Carlos Correas nació en Buenos Aires en 1931. Según declaró, se crió en el barrio de Palermo con una madre antisemita y un padre antifranquista y anticlerical. En el 2000 se cortó las venas y se lanzó del noveno piso en donde vivía. Sus textos fueron reeditados en diversas oportunidades, aunque de algún modo Carlos sigue siendo un tapado. “Un desintegrado”, como le gustaba decir. El jueves 28 de julio hacemos un rescate especial, una noche a la que bautizamos CARNE DE CHANCHO, y a la que Carlos, tan impuro como le gustaba verse, es invitado de honor.

7.7.11

Carne de chancho

El jueves 28 de julio coma carne de chancho
(noche impura de Carne Argentina)
Los esperamos a las 21 hs. en el Bar de La Tribu

7.6.11

Diego Rojas

El periodista Diego Rojas nos leyó fragmentos de su hermoso y tremendo libro ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? ¡Chapeau!

6.6.11

Norberto Soares x Hernán Lucas

El poeta Hernán Lucas nos trajo el recuerdo entrañable de Norberto Soares, escritor y periodista, a través de fragmentos de su único libro editado "Gente que baila".

31.5.11

Rudy Astudilla

Y como anunciado por el video presentación de Rusi Millán Pastori, Rudy Astudilla bajó el río Paraná para visitarnos y regalarnos su preciosa poesía y agrandar la fogata de la noche de invierno de Carne en La Tribu.

Pinocho x Piro

Recibido por un mix en off de Adriano Celentano y Gina Lollobrigida (¡la fatina!), Guillermo Piro se subió al taburete de Carne Argentina para contarnos comidillas de su traducción del muñeco más famoso del mundo (no, Mateiko, vos no) y de su autor, Carlo Collodi. Un gran disfrute.

26.5.11

¡¡¡Esta noche!!!

Ciclo Carne Argentina presenta Colección Invierno Hernán Lucas Rudy Astudilla Guillermo Piro Diego Rojas Jueves 26 de mayo a las 21 Bar de La Tribu [Lambaré 873] entrada gratis

20.5.11

Al rescate!

Para la Colección Invierno invitamos al poeta y librero Hernán Lucas que nos leerá fragmentos de Gente que baila de Norberto Soares. Soares nació en 1944 en Buenos Aires y murió en la misma ciudad en 1999. Periodista de oficio, lector apasionado, escritor oculto, iniciador de pasiones en sus amigos. Osvaldo Soriano le debe su encuentro con Raymond Chandler y lo recuerda en una entrevista: Una madrugada, caminábamos por la calle Florida con Miguel Briante, Antonio Dal Masetto y Norberto Soares, todos muy borrachos. De pronto Soares se puso a recitar un texto que a mí me pareció maravilloso. Todos lo aplaudimos. Le pregunté qué era, y se ofendió. “¡Cómo! ¡Es El largo adiós!”. Al día siguiente me lo mandó de regalo y ese día cambió mi relación con la literatura.
Quienes conocieron a Norberto dicen que se pasó la vida escribiendo, aunque sólo publicó el libro de cuentos Gente que baila. Trabajó durante 25 años en el periódico cooperativo Acción y, en los años 70, en los diarios La Opinión y El Cronista y en la revista Primera Plana, donde era considerado uno de los mejores periodistas del área cultural. Para nosotros es un placer recibir nuevamente a Hernán Lucas que viene a la sección del RESCATE con un escritor para él entrañable. Los esperamos a todos el jueves 26 de mayo a las 21 hs. en la Colección Invierno del Ciclo Carne Argentina.

¿Quién mató a Mariano Ferreyra?

A muy poco del asesinato de Mariano Ferreyra, comenzó a circular en Facebook una nota extraordinaria, distinta a todo lo que podía leerse sobre el crímen, que helaba la sangre pero que volvía a licuarla casi al mismo tiempo. El artículo llegó a nosotros como llegan las cosas a través de los medios electrónicos y lo leímos sin saber quién lo firmaba; tardamos muy poco en darnos cuenta de que era de Diego Rojas. A Diego lo conocíamos de habérnoslo cruzado por ahí, de haberlo visto en nuestro ciclo un par de veces y de haber recibido sus llamados de periodista cultural para saber si “había pasado algo” en nuestras lecturas. Diego, persiguiendo una noticia que revolviera el avispero, nos preguntaba por si alguna poeta consagrada se había agarrado de los pelos con un joven prosista impertinente, o si alguien había acusado a los gritos de traidor funcional a algún otro. Nuestras respuestas fueron, en todos los casos, frustrantes. En Carne Argentina no pasa nada más que lo que pasa. Sólo unos meses después de leer esa nota, apareció ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, editorial Norma, un libro muy valioso, una investigación urgida por lo urgente, un grano en el culo del poder, escrito por un escritor al que le importan la materia periodística y la pluma. Estamos muy contentos de recibirlo en nuestra casa, el jueves 26 de mayo, a las 21, en el bar de la FM La Tribu, en la presentación de la Colección Invierno de Carne Argentina.

19.5.11

Poesía mesopotámica

Estamos muy contentos de recibir la visita del poeta (correntino de nacimiento, pero entrerriano por adopción) Rudy Astudilla. Astudilla es una de las voces más logradas e interesantes de su generación y de la poesía actual entrerriana que también adolece de lo que la querida Irene Gruss llama los poetas de me tomé un yogur y maté a mi padre. Rudy es un lector empedernido, un estudioso de su oficio, y un incansable trabajador de la poesía. Publicó El baile de los libros tontos [Premio Municipal de Poesía, Paraná, 1999]; colaboró con Daniel Rochi en el disco Declaración, componiendo la mayoría de las letras; y en el mes de junio estará en librerías Caja de gritos, su último libro. La correntina lanza un sapucay/ pareciera que en ella entra todo un malón/ seca todos los bonsáis de la tierra/ no deja nada/ la sensación es oscura/ desprendimiento de los vuelos/ los ángeles recuerdan/ las fotos de las veredas se mutilan/ sangre sobre los largos calzoncillos/largo largo este invierno largo (...) [De Cancri cirrus]

17.5.11

Pinocchio!

El célebre muñeco de Carlo Collodi nació como una historia por entregas publicada en la revista Giornale per i Bambini, entre 1881 y 1883.
Nos cuenta Guillermo Piro en su prólogo a la edición de Pinocho, de la editorial Emecé: "Pinocho siempre desobedece: al desobedecer suceden demasiadas cosas terribles y estupendas: Pinocho no sabe desobedecer a la desobediencia (...) En términos literarios, su historia es siempre la historia de una desobediencia; supone un error, una deserción a la norma, una condición patológica".
Probablemente esto sea lo que hace tan rabiosamente atractivo al burattino de Collodi.
El jueves 26 de mayo, Piro vendrá a contarnos qué significó para él esta historia en su infancia y cómo fue la aventura de traducirla, ya de grande. Y, por supuesto, a leernos algunos de sus fragmentos favoritos.
Guillermo Piro es escritor, periodista y traductor. Colabora en diversos diarios y revistas, y es el subeditor del suplemento Cultura del diario Perfil. Ha publicado los libros de poemas La golosina caníbal y Estudio de manos, y de cuentos Guillermo Hotel, entre otros.

14.5.11

Próxima fecha

Ciclo Carne Argentina presenta
Colección Invierno
Hernán Lucas Rudy Astudilla
Guillermo Piro Diego Rojas
Jueves 26 de mayo, 21.00
Bar de La Tribu [Lambaré 873]
Entrada gratis

22.4.11

Gracias, Javier

¿Oís, Okusai¿ ¿Ves? No necesito
7
7 7 que pongas esa cara de tintorero 7
7
7 feliz. Dejate ir nomás, un poco. 7
7
7 ¿O vinimos nada más que para esto? 7
7
7
7 Javier Adúriz (1948-2011)

14.4.11

Leo Oyola lee a Soiza Reilly

¿Habéis visto alguna vez un perro triste, flaco, sucio? ¿Un perro de esos que al pasar os miran con gestos que tienen la actitud de manos limosneras? Bueno, este era un perro así. Pero tan triste, pero tan flaco, pero tan sucio, que más que perro parecía hombre. [Jesucristo o El alma de los perros, Juan José de Souza Reilly]

13.4.11

Jonás Gómez

encuentro el cráneo de un pájaro en la vereda /es pesado, tengo que levantarlo con las dos manos/ por el tamaño/ imagino que tuvo mi estatura le hablo al oído seco/¿ fuiste zorzal o cuervo ? /miro por la cuenca vacía, por el cuenco en el que hubo ojo /a primera vista, del otro lado, el pasto de la vereda /pero acerco mi ojo a su cavidad hueca /y me abduce la perspectiva /del pájaro que voló por el barrio en temporadas pasadas (..) [Zorzales en Munro]