25.10.09

Knock out de Poesía

Hay un mito que cuenta que el viajero que llega a Florencia sufre una especie de surmenage (lo que a partir del imperio de la grasa de los 90 se llamó pico de estrés) por la exposición ante la cantidad de obras de arte desparramadas por la ciudad. Algo así nos pasó a los Carne, exhaustos después de la noche del jueves, en que las poetas nos sacudieron un violento cross de mandíbula del que quedamos, todavía en esta tarde de domingo y Boca/River 1 a 1, fuera de juego. Lo bueno que tiene organizar un ciclo en el que uno se abstiene de leer es que, a un cierto punto, se es público, se asiste a la lectura sin más que hacer que disfrutar de estar ahí, en medio de la conmoción. La pared de Irene. Las jóvenes cabras de Diana. La droga dura en la que se convirtió Niní para nosotros, (introducida por el querido dealer poeta, amigo de la casa, Juan F. García.) Cecilia, Florencia y Clara. El público con los ojos estallados, las caras nuevas de los que se acercaron por primera vez, la de los amigos de siempre, en fin. La Noche de Brujas pasó y nos dejó en medio del encanto, en medio de algo que queremos hacer durar, aunque eso nos distraiga y demore cada una de nuestras ocupaciones.