8.12.10

Fiesta

¡Veraaaaaaaaaaaaano!
Inés Saavedra Ariel Bermani Liliana Ponce
Mariana Dimópulos Ricardo Strafacce
Bar de La Tribu [Lambaré 873] 21.00
Entrada gratis

4.12.10

Inés Saavedra

es actriz, autora y directora teatral. Escribió y dirigió la obra Cortamosondulamos inspirada en cuentos de Silvina Ocampo, y Divagaciones sobre la poética de la misma escritora, entre otras. Todos sus espectáculos han participado de festivales en Argentina, España y Brasil y recibieron numerosas distinciones: beca Antorchas, premios Teatros del Mundo, ACE, Clarín y Trinidad Guevara. El jueves 9 de diciembre Inés nos deleitará con poemas de la Ocampo. Estamos como locos de contentos, vea.

29.11.10

Carne de prócer

A lo largo de diez años, Ricardo Strafacce armó una omnívora biografía de Osvaldo Lamborghini: la familia, la escuela, la militancia política y sindical, el barrio obrero, los círculos intelectuales, la bohemia, el psicoanálisis, la demencia, el exilio en Barcelona, todo, todo adentro. El jueves 9 de diciembre Strafacce nos ofrece un bocado de su Lamborghini.
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Carne argentina presenta Colección Verano
Bar de FM La Tribu [Lambaré 873] 21.00
¡Ultima fecha del año!

25.11.10

Carne preciosa

Diario de un curso de caligrafía china . . . . Día 1 . . . . En un rincón me senté a la luz de la lámpara. Ya era tarde y todos habían comenzado a trabajar. Estaba el papel, estaba la tinta. Escaso silencio –pensé, mientras oía el murmullo. Sensei me dio unas notas, y empecé a leer. . . . . (de Fudekara, 2008, Tsé Tsé) . . . . . . Carne se llena de gusto y en la última cita del año recibe, ¡al fin!, a Liliana Ponce.

16.11.10

¡Última del Año, queridas vaquillonas!

Carne Argentina presenta las últimas tendencias en la moda literaria, ingrese al estío con ellegance y corazón contento
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Colección Verano
Jueves 9 de diciembre, 21 hs.
Bar de FM La Tribu

31.10.10

Gracias

Estábamos en jornadas muy duras, y veníamos ya de una semana muy triste. Pero lo hicimos, en el querido bar de La Tribu presentamos nuestra Colección Primavera, con Alejandro Rubio, Hernán Ronsino, Ever Román y Maruja Bustamante.
Queremos agradecer y abrazar al público que nos acompañó y siempre nos acompaña.
Hasta la próxima, hasta la Colección Verano.

28.10.10

Esta noche

Ciclo Carne Argentina presenta
Colección Primavera
Hernán Ronsino [leyendo a Miguel Briante]
Ever Román Alejandro Rubio
Maruja Bustamante
Jueves 28 de octubre, a las 21.00
Bar de La Tribu [Lambaré 873]
Entrada gratis

26.10.10

Rubio se arrima al fogón

Alejandro Rubio es porteño y vive en su casa natal con el padre y el hermano. Es empleado público. Todo bastante lejano del cartel de poeta maldito que le adjudican algunos y del que él reniega. También es uno de los exponentes de la poesía de los 90. Crítico (sin concesiones) de libros en la revista Los inrockuptibles y posteador revoltoso bajo el seudónimo de Maiakowsky. Algunos de sus libros: Música mala, Metal pesado, Harry Samuel Horribly. Este jueves, Alejandro Rubio vendrá a leer fragmentos de su libro (en prosa) La garchofa esmeralda. Para que le vayan agarrando el gusto a los decires de Rubio, aquí va el registro de cuando visitó a nuestros amigos (y anfitriones) de Rosa Molesta. Audio de la entrevista.

24.10.10

Maruja Bustamante florece para Carne

A Maruja la conocí en una urgencia: dos funciones más allá del estreno de su obra Adela está cazando patos, uno de los actores se fue de la compañía por otro trabajo. La obra tenía que seguir su ronda de funciones y necesitaba un actor de reemplazo que tolerara entrar a un elenco ya formado, estudiar el texto en un periquete y montarse a unas sandalias de taco de 10 centímetros. Yo hacía mucho que no actuaba y el azar me cruzó con Bustamante y con Pupuni, el padre de Adela: travesti, fiestero y muerto. La dramaturgia, esa hermana opa de la literatura, suele ser un embole complicado de leer pero Maruja tiene una sorprendente capacidad para construir personajes, para facturar textos interesantes de decir, de leer y de escuchar y, sobre todo, Maruja es capaz de componer una partitura situacional compleja, efectiva y, hasta violenta, diría. Aunque suene a perogrullo, sus obras son eminentemente teatrales; eso la convierte en única y la diferencia de muchos de las y los dramaturgos jóvenes que suelen montar una idea hasta que la desangran y la desvitalizan en escena. Es nuestro debut con la dramaturgia.
Y estamos encantados de recibir a Maruja, este jueves 28, en nuestra Colección Primavera.

18.10.10

Afluencia paraguaya

Éver y yo. Casi una Herejía
por Humberto Bas*
Si yo fuera Juan Ramón Jiménez, de seguro le pediría a Éver que haga para mí de Platero. No por asociarlo con el reino burrerril (al que pertenece Platero, no Éver), ni porque fuera peludo y suave (que lo es, me consta), sino porque tiene el más gracioso andar que pude conocer en el reino literario. Como lector es grácil y sinuoso, ramonea flores y yuyos del prado literario; a las primeras las deglute con fruición, a los otros los escupe con elegancia, y así continúa con ese trotecito cadencioso, incansable y juguetón, por las librerías de usados. Como escritor, tiene de Platero el gran secreto del tiempo: la paciencia (que lo consiga con ribotryl es paja de otro establo). Sus relatos, pequeñas y sensibles perlitas, deja pensando a uno, uno que ya está atontado con su andar plateril, en cómo hace para hacer lo que hace. Todo el secreto pareciera estar en la gracia, en el estado de gracia y en la palabra fluir. Éver fluye…fussss...

EVER ROMÁN. Periodista y escritor paraguayo residente en Buenos Aires. Ha trabajado en el periódico alternativo Yacaré y en comunicación alternativa en Paraguay. Actualmente es colaborador del periódico E´a. Su blog: www.barcoborracho1871.blogspot.com

*Humberto Bas, escritor paraguayo afincado en Neuquén, autor de El superpalo y La culeada y otros cuentos, entre otros. Dirige la editorial El Fracaso.

14.10.10

Sacudirse la modorra

En 1993 Miguel Briante firmó una nota titulada Una visión de mundo, donde enumeraba pecados y aciertos de los escritores jóvenes (Bizzio, Sánchez, Chejfec, Feiling, Caparrós, entre otros). Se ve que igual le costaba, que un poco se debatía entre el abrazo de bienvenida y el pase de factura: “El escepticismo en general –y esa distancia con el mundo de las pasiones, políticas o de las otras- es una de las constantes de los nuevos narradores”. Aunque a diferencia de otros adversarios, Briante fue un escritor leído y admirado, tanto sus relatos de Las hamacas voladoras y Ley de juego, como sus participaciones en Primera Plana, El Porteño y Página/12. La nota de Briante formaba parte de una polémica que hizo bastante ruido entre “nuevos” y “viejos” narradores. El debate era una especie de Boca-River: compromiso vs. frivolidad, arte vs. mercado, popular vs. elitista. Quizás hoy suene inútil y trillado, pero en aquellos años de posdictadura y puticlub menemista sí que encendía corazones. En 1995 Miguel Briante murió al caer de una escalera mientras hacía arreglos en la casa de su pueblo natal, General Belgrano. Se fue así sin despedirse, como si se hubiese ido a dormir una siesta. El jueves 28 de octubre, primavera de Carne Argentina, Hernán Ronsino llega para leer fragmentos de Kincón y sacudirlo de la modorra. La invitación es esta: Ronsino lee a Briante mientras todos nos echamos bajo la parra recién florecida a escucharlos.

13.10.10

Picnic

Ciclo Carne Argentina presenta Colección Primavera// Ever Román// Alejandro Rubio //Maruja Bustamante Miguel Briante por Hernán Ronsino Jueves 28 de octubre, a las 21.00/// Bar de La Tribu (Lambaré 873)//// Entrada gratis

14.9.10

Susana x María Inés

Apenas bajan las luces del bar, la gente deja en suspenso sus charlas y todo queda en silencio. No es necesario chistar para que se callen, ni pedir que apaguen los celulares. Todos saben que cuando bajan las luces, algo está a punto de pasar.
María Inés Aldaburu era una más en alguna de esas mesas, también en una ronda de amigos, de conversación animada y risas. Ella también quedó en silencio antes de pararse, resuelta, con la resolución de su cuerpo diminuto y elástico, y decir, en voz bien alta, empezar a decir en voz bien alta los versos de Susana Thénon.
¿Por qué llora esa mujer? ¿Por qué llora? ¿Eh? ¿Pero por qué?
Caminar entre las mesas hasta el círculo de luz que marca el escenario. Seguir diciendo y moviéndose, increpando con los versos de la otra en la boca y en las manos y en la cara. Porque así dice María Inés, con todo el cuerpo que se vuelve gesto.
De este lado, en la oscuridad, todos seguimos embobados el movimiento de sus manos, las palabras de Thénon que reviven y nos provocan asombro, sonrisas y algunas carcajadas. Si María Inés mueve las manos así, nosotros no queremos ser menos, no podemos esperar a que termine para chocar las nuestras, para aplaudirla hasta que las palmas arden.
Se agita la llama de las velas con el vientito que hacen sus manos moviéndose todo el tiempo, adentro y afuera del círculo de luz, como dos ánimas.

6.9.10

Néstor x Mariano

Si los poemas de Barrandéguy trajeron a la noche en La Tribu el rumor del río, de los sauces inlcinados sobre el agua, Mariano Fiszman trajo el rumor de la calle Cabezón al dos mil y pico los mediodías de sábado cuando se llegaba hasta allí para ver a Néstor Sánchez. Fue como si todos estuviésemos apretujados en el comedor con los postigos cerrados de la vieja casa familiar, escuchándolos hablar mientras hacían cantar el mate por turno. Porque Mariano contaba anécdotas de Sánchez y sonreía y movía la cabeza como si lo estuviese oyendo, como si el propio Néstor le fuese dictando esos comentarios desde donde quiera que esté. Esa noche fue como si Sánchez estuviese allí, bebiendo su toro viejo con hielo, entre nosotros. Y un poco estaba en serio porque entre los que escuchábamos y sonreíamos, estaba su hijo. Y estaba Mariano, su discípulo y amigo. Y estábamos los que, sin haberlo conocido, lo queremos tanto. Y estaban los que empezaron a quererlo esa noche a través del relato de Mariano.

2.9.10

Emma x Andi & Juan

Escucharla y verla en la entrevista que María Moreno (la divine Moreno) le hizo para el extinto Canal de la Ciudad, era una sorpresa que había que contener para no perderse ni un solo gesto, ni una sola palabra. Leer HabitacionesEd. Catálogos, 2002-, crónica de un amor que atraviesa gran parte de su vida, también fue un placer inmenso y alegre y lo que siguió en la lectura es un ensayito extraño sobre la relación entre Mastronardi y Gombrowicz. En 2009, Ediciones del Copista publicó sus Poesías completas (así, en plural), una hermosa compilación de sus poemas, que hay que agradecer como un gesto de verdadera responsabilidad y osadía editorial. Sin embargo, leer en alto y frente al público a Emma Barrandéguy no es sencillo. Sus poemas tienden a ser una enunciación íntima, aun cuando son clarísimos estandartes parecen hablarle a la oreja de alguien que siempre está próximo, armarse en el trayecto ínfimo entre quienes están reunidos puertas adentro. Y ahí está una de las cuestiones esenciales de las lecturas que organizamos, la posibilidad de escuchar como nuevos a autores que conocemos de antemano. Eso pasó en la noche de Carne Argentina habla con los muertos, cuando despuntaba la lectura, mientras Andi Nachon y Juan Fernando García, con evidente amor por la poeta, se metían en esa otra Gualeguay que es la Barrandéguy. Después de eso, uno se quedó con la necesidad de volver a sus libros, a releerla a la luz de un acercamiento distinto, reposado y con acentos que se desconocían. Vivo y coleando, ahí está, tan mágico otra vez, el rito de nuestras lecturas. Gracias a Andi y a Juan, por traerla con tanta sensibilidad para nosotros, tan viva, tan hermosa y única: Emma Barrandéguy.

25.8.10

En trance

De militante comunista durante sus años mozos, a secretaria de Salvadora Medina Onrubia, Emma Barrandeguy fue uno de los secretos mejor guardados de Entre Ríos.
De entenado de Julio Cortázar y heredero del agonizante boom latinoamericano, Néstor Sánchez es un secreto a voces entre un creciente grupo de acólitos.
De camarada de mitos como Juana Bignozzi y Alejandra Pizarnik, a fotógrafa enloquecida por la bailarina Iris Scaccheri, Susana Thénon es una de las voces particulares de la generación del 60.
Cuando programamos esta lectura tenebrosa, nos pareció que a estos escritores los hermanaba algo que nos gusta resaltar: los tres se consagraron a su literatura, los tres dejaron una obra contundente pero ninguno de los tres alimentó su propio mito.
Lejos del lobby, de los corrillos literarios, lejos de la academia, lo que los distingue es la fidelidad a su propia vida. Lejos también de ese horrible malentendido que es la idea del artista comprometido, Barrandeguy, Sánchez y Thénon, cada uno a su manera, se abstuvieron de la persecución del halago e, incluso, del reconocimiento.
De unos años a esta parte, el amor de sus discípulos y sus lectores trae a estos espíritus una y otra vez. Carne Argentina presta la casa, la mesa de tres patas y su copa de cristal para celebrar esta invocación. Pero sin los mediums nada podríamos hacer. Andi Nachon, Juan F. García, Mariano Fiszman y María Inés Aldaburu pondrán el cuerpo en la delgada frontera entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, el corazón y la energía para ponernos en trance, en tránsito al más allá. A ellos, también,¡muchas gracias!

24.8.10

...

En 2007 Andi Nachon y Juan F. García vinieron a Carne Argentina y nos deleitaron con un dueto de su propia cosecha. Ahora volvimos a invitarlos, pero para invocar a Emma Barrandeguy. A ellos, en parte, debemos haber conocido un poco más de la gran poeta entrerriana. Andi y Juan son amigos, poetas, activistas, difusores de lo nuevo y de lo oculto, admiradores confesos de la obra de Barrandeguy. Para nosotros es un lujo contar con ellos en esta noche de magia negra. Uno se siente en buenas manos.

23.8.10

Emma

No añoro ni me arrepiento de nada, pero estoy saturada del pasado. Quiero el hoy, lo elijo. Elijo los paseos por mi jardín en Gualeguay, aun con bastón o acompañada; elijo el placer de escribir de noche, de revisar mis apuntes y fumar mis siete cigarrillos diarios; elijo los asados que hago a la parrilla aunque a veces me salgan desabridos; elijo a los jóvenes, porque pese a todo lo malo que se dice de ellos son los únicos que pueden construir el futuro. Así parece. Emma nos eligió a nosotros y ahora nosotros la elegimos a ella. Es como una conversación a lo largo del tiempo y del espacio. Ella vino a la gran ciudad y ahora nosotros viajamos a su litoral. Emma Barrandeguy nació en Gualeguay en 1914, se recibió de maestra en la Escuela Normal y estudió varios idiomas. Vino a Buenos Aires en los 30, cursó la carrera de Filosofía, fue traductora, joyera ambulante, abrazó el anarquismo y no sólo (días de turbulencia erótica, recuerda en los poemas de Habitaciones). Por más de dos décadas trabajó para el diario Crítica y fue secretaria privada de Salvadora Medina Onrubia (poeta, dramaturga, cultora de la magia negra y esposa de Natalio Botana, dueño del diario). En 1936 aparecen escritos en mimeógrafo sus primeros poemas, y de esta forma comienza a hacerse conocer como poeta. En el año 1964 edita su primer libro de poesías, Las Puertas. Y en 1970, el primero en prosa: El Andamio. Otras de sus obras son Los pobladores (1983), Crónica de medio siglo (1984) y Habitaciones (2002). En el 2009, a tres años de su muerte, ediciones del Copista reunió su poesía completa. Decía Emma que le gustaba sentarse en la galería de su casa, ver pasar las golondrinas de California, que atraviesan el Amazonas y van al río, criando a sus pichones, enseñándoles a cazar los alimentos en el aire. Simplemente eso: ver la vida que pasa y sentir felicidad.

19.8.10

...

¿Quién, de chico, no ha jugado al juego de la copa? ¿Quién no ha sentido la tentación de atraer al mundo de los vivos a aquellos que ya andan por ahí vestidos con las transparencias del limbo? Cuando uno se metía en esos juegos audaces de convocar a los muertos y bombardearlos a preguntas siempre buscaba manos amigas de las que agarrarse para hacer mover la copa (ay, la última del juego de cristal del casamiento de mamá y papá, si el espíritu se retoba y la hace pedazos, estamos fritos!). Manos amigas que sudaran igual que las nuestras en la aventura del cagazo si al muertito se le daba por contestar. Manos amigas de las que agarrarse fuerte para no salir corriendo cuando la copa empezara a moverse. Esto es más o menos así. Por eso Carne Argentina invitó a Mariano Fiszman, escritor y traductor, discípulo y amigo de Néstor Sánchez para que nos lo traiga de vuelta, un rato, la noche del 26 de agosto. De la mano amiga de Fiszman vendrá Sánchez, su recuerdo entrañable, su sonrisa enorme, contagiosa, del que se ríe con toda la cara.

18.8.10

¿Y vos de dónde saliste, che?

Repaso la biografía de Néstor Sánchez para escribir este extracto y no dejo de preguntarme: ¿de dónde salió este tipo? Trotamundos, escritor inclasificable que asombra y encariña a Cortázar que le da su espaldarazo; después él dándole la espalda a la industria, asqueado del boom como dice por ahí. Crítico literario, traductor, compilador. Seducido por Castaneda y Gurdjieff. En su afán por “vivir 300 años”, un grupo de fans lo cree muerto 25 años antes de que se muriese pa´siempre y le hace un homenaje. Gana una beca prestigiosa y la abandona. Es pordiosero en Estados Unidos. Bailarín de tangos. Y todo así… El 26 de agosto los invitamos a compartir la Experiencia Sánchez: habrá que comer mucha polenta para traer de vuelta a uno de los escritores más extraños y necesarios de la literatura argentina.

16.8.10

...

Quien va a oficiar de medium para invocar a Susana Thénon es María Inés Aldaburu, actriz y directora de teatro, además de escritora y militante feminista. De María Inés había escuchado hablar pero no la había visto hasta Rosa Patria, la película que Santiago Loza hizo sobre Néstor Perlongher, de quien era una amiga cercana: “los ojos de Néstor eran dos brasas” dice del imponente intelectual, autor de Cadáveres.
Ahí, en la película, o en el espectáculo que hace de los poetas del Siglo de Oro, en el que dice extraordinariamente a todos, pasando por Quevedo y Sor Juana, y trayéndolos con una naturalidad que los retorna vigentes, apasionados y tan actuales, se nota que María Inés entiende a las palabras, sabe cómo decirlas. Por eso, también queremos tenerla y estamos muy contentos de que haya aceptado traernos un poco de su divino unipersonal sobre la Thénon, para nuestra Carne Argentina habla con los muertos del jueves 26 de agosto.

13.8.10

¿Por qué baila esa mujer?

La primera vez que supe de Thénon no tuve idea de Thénon. Corrían los 80 y en el hervidero que era Buenos Aires por entonces pude ver, en una de las megafiestas con que la democracia se celebraba en el Teatro San Martín, un espectáculo de danza en el que bailaba Iris Scaccheri. De eso sí tuve idea, la animala coreografió la soledad y en un momento hasta llegó a meter los pies en una cacerola y se quedó un buen rato bailando ahí adentro. La sensación con la que me fui era la de haber sido estrolado contra el paredón de la gracia absoluta y, ciertamente, una de las profesiones que se prometían ante mí era la de ver bailar a Iris Scaccheri. Algo así parece haberle sucedido a Susana Thénon, nacida en Buenos Aires en 1935, poeta, traductora y fotógrafa, que empezó a publicar a fines de los 50 una poesía llena de ironía y de humor y de retratos de la soledad. La vio bailar a la Scaccheri y se fue tras de ella, a volver sobre los retratos, a disparar mientras la bestia bailaba. Eso le llevó unos cuantos años en los que la poesía escrita cedió el lugar a las hermosas fotos con las que Thénon siguió su propia huella. Parte de una generación de grandes, los 60 donaron generosos su enormidad a la poesía argentina, Thénon es una voz, una voz tal vez más que una pluma, que nos parece entrañable y que queremos tener cerca. Por eso vamos a invocarla la noche del 26 de agosto.

5.8.10

Fuera de Catálogo

En 2009 fue la inolvidable Noche de Brujas, esta temporada, fuera de las colecciones habituales...
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Carne Argentina habla con los Muertos
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jueves 26 de agosto
21 horas
Bar de FM La Tribu
Lambaré 873
entrada libre y gratuita
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(puede traer su propio Ouija)

16.7.10

Las chicas solo quieren divertirse

Matilde Sánchez leyendo fragmentos de Los daños materiales
*
Hace once años escribí una nota sobre nueva narrativa argentina. Hace once años la nueva narrativa argentina era un poco el eco de lo que se había disparado con la primavera alfonsinista y que se hacía visible en los libros de Biblioteca del Sur (los escritores apodados “planetarios”), y en revistas como El Porteño, Cerdos & Peces, La Maga, Babel y Página/30. No sé por qué me había obsesionado con el asunto, por qué me pasé tantas horas leyendo, sacando copias en la hemeroteca del Congreso, regateando en librerías de viejo, saqueando las bibliotecas de mis amigos. Hoy, viéndolo a la distancia, creo que ahí había algo que necesitaba conocer, entender y, en algún punto, decidir. Ellos, los de treinta y pico, eran los que tenía unos metros más adelante. Y sinceramente no estaba muy segura de querer seguir sus pasos. Después me di cuenta de que había algo más fuerte que los gustos y las fechas de nacimiento que nos separaba. La dictadura. Para mí, espectadora tiernita, los ochenta y principios de los noventa son inolvidables. El nacimiento del pop, cierto periodismo sucio y visceral, el teatro de tugurio que te volaba la cabeza. A la literatura le tocó un lugar difícil. Quizás al cine también. Había una necesidad que después se transformó en mandato, de dar cuenta de los años negros. Lo importante no era cómo sino qué contar. Los mayores que sobrevivieron lo hicieron, pero los de treinta y pico –no todos pero sí un grupo importante- volantearon para otro lado. Se sentían incómodos con lo popular, se sentían incómodos con los motes generacionales, se sentían incómodos con cualquier tipo de militancia: política, estética, religiosa. Pero además de incomodidad, se sentía cierto desgarro. Debe ser muy dolorosa la rebelión de los hijos huérfanos, cuando no hay padres para matar porque ya están todos muertos. Imagino que divertirse fue una forma de revancha. Los chicos sólo quieren divertirse. Y digo chicos a propósito porque casi todos eran varones: Feiling, Caparrós, Dorio, Bizzio, Guebel, Pauls, Fresán, Figueras. De las pocas mujeres que salieron a publicar por esos años, una era Matilde Sánchez. También estaban Esther Cross, Laura Ramos, Cristina Civale. Muchos eran reconocidos periodistas de medios gráficos, radio y tele. De Matilde Sánchez leí El Dock. Y me impactó. Era la primera vez que leía una novela en donde sobrevolaba un episodio histórico que yo había vivido: el copamiento de Tablada. Vivido por televisión, como la protagonista de la novela. También había algo de la voz y del lenguaje que me resultaban más cercanos que otros. Aunque la verdad tengo un recuerdo amorfo de mi lectura, un recuerdo que incluye entrevistas y notas sobre los nuevos narradores. Sánchez era una de las pocas que reivindicaba lo político en la escritura o la conjunción de lo íntimo y lo político, pero lo que me atraía era algo más barrial: lo contundente de su presencia en esa banda de tipos. Pasaron los años y las novelas, y creo que todos ellos quedaron en un lugar extraño, no son los viejos que se sacan fotos con la pipa en su sillón de colección, ni tampoco los jóvenes hermosos y descollantes del pasado. Como dice la narradora de El Dock:
Nuestros ídolos juveniles habían perdido el pelo y ganado un abdomen, envejecían en el anonimato, en el alcohol o bien bajo el pulso de los cirujanos. Con el correr del tiempo también habían muerto todos los padres, en epidemias coincidentes, extraños contagios a un ritmo, digamos, de dos por año. Desde luego, a largo plazo esto simplificaba la vida pero nos convertía en responsables, y naturalmente no digo esto sin ironía. Hasta que finalmente comprobamos que nosotros no éramos más de lo que éramos. Otra generación en la serie indefinida de generaciones.
Pasaron los años. Ahora la de treinta y pico soy yo. Miro alrededor y siento que nuestra cruz es menos pesada, que somos muchos, que hay de todo. Y que bulle.

8.7.10

Diego Meret

Che, ahí viene Meret, dice Seba y se desprende de la reunión de fumadores que chupa frío y humo en la vereda de La Tribu, y saluda al muchacho de campera que llega sonriendo con timidez. Tardamos en caer que es nuestro invitado. Habíamos visto alguna foto en la que Diego parecía más grande, como de dentro de cinco o seis años. Saludamos, nos disculpamos, alguien menciona lo de la foto, él vuelve a sonreir y lo reconocemos enseguida como al autor de En la pausa, a ese narrador que es él mismo, en su historia con el mismo nombre y apellido puesto que es una autobiografía. Me alegra que reconozcamos a un escritor por haberlo leído y disfrutado antes que por una fotografía. A veces me da la impresión, triste y pobre, de que los autores de esta generación son más rápidamente identificables por su imagen que por su obra. La obra de Meret es pequeña, simple y clara como el muchacho con el que empezamos a charlar y que nos cae inmediata e irremediablemente bien. Una obra que recién comienza y que empezó por donde creo que hay que empezar: por la escritura y no por las relaciones sociales. Más tarde, cuando Meret lea algunos fragmentos del libro, pasajes que lo ponen en el asiento trasero del fitito de su madre, o leyendo un libraco enorme en la sala de su casa, o bajándose de un micro en un pueblo correntino para reencontrar a su padre, o blandiendo una espada luminosa en el consultorio de la psicopedagoga, o enredado en las ropas de mujer con que lo viste su hermana mayor, autoinmolándose en la humillación de sus parientes varones, su voz será a veces firme, a veces temblorosa, hacia el final un hilo, solo un hilo, pero delgado y fuerte como la tela de una araña en la que todos caemos como moscas, atrapados por su relato.

4.7.10

El texto que Albertina escribió para Carne

Cuando se termina una película no se termina, empieza otra cosa, un momento horrible de la vida: la promoción de la película. En general, cuando hago una película es para sacármela de encima. Para olvidar un tema que me viene rondando, acosando, hace años. Son exorcismos. Plasmo esas expulsiones en la pantalla para cambiar de pensamiento. Y luego de todas las instancias que implican la realización de un film -¡que elegante suena film!-, quedo agotada, exhausta, muchas veces desilusionada y otras tantas destrozada. Porque ese pensamiento que me ha perseguido como los ojos de un torturado, durante años, ha logrado atravesarme los órganos, descomprimirme la mirada y afianzarme en la vagancia. Cada vez que veo la primera copia de una de mis películas pienso en vacaciones, es lo único que se me ocurre. (...) . Para leer completo pinchá aquí!

1.7.10

Albertina Carri

Una de las secuencias más impactantes que recuerdo, de una de las películas más hermosas que pude ver, tiene la indolencia y el descaro que sólo puede permitirse un hijo de puta. Alguien que tiene una certeza profunda de algo que ni siquiera estoy seguro que comprenda. Alguien que no necesita llenar a su obra de intenciones líricas, porque eso sucede naturalmente a su propio impulso: Petra llora sus amargas lágrimas por la liviandad del amor de Karin, en una escena larguísima en la que el puto de Rainer Werner parece haberse olvidado la cámara tirada en el piso, rodando el desconsuelo, el vestido dorado y el peinado delirante de los 70, más el vaso de whisky y la secreta vigilia de Sidonie en la intimidad del cuarto de la Von Kant. Después de él, muchos intentaron ese fabuloso cross de mandíbula y, con mucha suerte, alguno logró imponer la moda del kitsch en la pantalla grande. Como el alemán, muy pocos. Para la primera lectura de este año habíamos hablado con Albertina Carri, era la primera vez que invitábamos a una realizadora de películas para que nos viniera a leer. Le pedimos un texto que diera cuenta de su actividad, la propuesta era –es, de hecho- abrir el espacio a nuevos relatos que ensanchen la idea de ficción, la idea sobre lo que se escribe y puede ser leído. Estábamos seguros de que podía funcionar una especie de bitácora de escenas, con ppp, chonflex, picada ascendente, travelling y toda la constelación de palabras con las que nombran los cineastas. Esa primera vez no pudo ser: a Albertina le salió un viaje muy lejos para dar un curso y nos quedamos con las ganas. Intentamos reemplazarla pero uno de los directores convocados para eso atendió su celular desde la sala de parto en la que acababa de ser padre y otro se iba a Cannes a presentar su película y a recibir (aunque eso todavía él no podía saberlo) un premio de las manos nada menos que de otra preferidísima: Claire Denis.
Recién para esta segunda lectura, para la presentación de nuestra Colección Invierno, pudimos hacerlo. Lo que no sabíamos era que Albertina iba a escribir algo ad hoc, especialmente pensado para ser leído en el escenario de la Carne. Lo que tampoco sabíamos era que su lectura iba a ser un momento tremendo y poderoso de la noche, que no iba a tener ninguna de las palabras sugestivas que garpan, que hacen rendir la particularidad, que agregan esa porquería que es la onda. Ni sabíamos que el relato iba a empezar por la desacralización de su trabajo como directora y que iba a terminar con el cuento de un film (qué elegante suena film, ¿no?) en el que su cámara está tirada en el piso, y no por indolencia, sino porque en ese mismo momento está ocurriendo algo trascendente que le parte el cuerpo y la deja en otro sitio de la vida. Lo de Carri, a nosotros nos dejó un buco en el plexo y una verdadera contentura de agradecimiento. Albertina nos dio mucho, mucho más de lo que soñábamos cuando nos aventuramos a importunarla con nuestra insistencia.

30.6.10

Más Mermet

Quienes quieran más del poeta que nos presentó Pedro Mairal en nuestra Colección Invierno, aquí el link del blog con información y poemas inéditos. http://www.cesarmermet.blogspot.com/

29.6.10

Carne Pública

¿Escucharon esas cosas, harto incomprensibles desde luego, que dicen los artistas? Eso de que si en alguna de sus apariciones o intervenciones llegaran a conmover tan sólo a alguien, tan sólo a una persona, a una solita perdida eventualmente entre el monstruo de mil cabezas que es el público y bli, blu, bla...
Buen, aquí va un mail, que nos mandó un nuevo amigo, que da aire y permite que Carne Argentina pueda echarse a dormir. Un rato.
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La revelación poética ocurre en un disparo de rayo. Salgo de la radio, después de participar en un programa, entro al bar, escucho la voz de alguien que lee, me acerco, camino unos pasos, veo la luz que ilumina al hombre, al hombre que es iluminado, lo reconozco y quedo asombrado, es Mairal, me quedo desubicado y expectante. La lectura es prolija, distendida, me invita, se acerca. Empiezo a descifrar entre las palabras un viaje en colectivo. Las imágenes comienzan a surgir, son relámpagos inesperados, entonces cierro los ojos, soy arrastrado por la voz poética que va dejando tatuajes en la mancha disonante del silencio. Ocurre, digo, la revelación, el golpe en la frente. Las palabras reinventan un nuevo génesis, el sentido primitivo del tiempo, soy arrojado dentro de un colectivo, inundado de sensaciones, soy más de lo que soy, parado entre la gente, con los ojos cerrados, entreveo el secreto humano del lenguaje para luego quedar vacío y completo, en una intima ambigüedad animal. La lectura finaliza. Así descubrí a este poeta. Estoy agradecido por la lectura del jueves a cargo de Mairal. Espero que le hagan llegar mi agradecimiento. Ayer conocí a César Mermet, y ayer conocí el ciclo, no es algo menor. Les dejo mis felicitaciones, y un abrazo. Marco.
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¡Gracias, Marco!
y gracias a Pedro y a su apostolado mermetiano (Mairal dixit).

27.6.10

Mairal/Mermet

Este año inauguramos el momento rescate de la noche: un escritor elige a otro y lo convoca al fogón de Carne leyendo algún pasaje de su obra. Pedro Mairal trajo a César Mermet, un poeta santafesino casualmente muerto por las épocas de otro mundial de fútbol, aquel, amargo, del 78.
Monzón, un retrato del boxeador, escrito por Mermet en los 70: una mirada profundísima sobre el campeón y sobre el muchacho medio indio, un relato fluvial y anticipatorio ("Monzón está jugado", escribe Mermet y el tiempo le daría la razón). Y un largo poema que Mairal describió como "consejos zen para tomar un colectivo". Ambos textos aún permanecen inéditos (gran parte de la obra de Mermet está inédita) y Mairal adelantó que esperan poder publicarla pronto. Y todos nos quedamos cruzando los dedos para que pronto sea ya.

26.6.10

Amabilísima Rosa

O porque al principio nos altera el armado de la noche o porque al final, demasiado embebidos por los hados de la poesía y los etílicos, nos vamos yendo, va acá nuestro agradecimiento total a los Rosa Molesta, que manejan el espacio en el que hacemos el ciclo y nos reciben siempre con la mejor. Además hacen un excelente programa de lunes a viernes de 12 a 14 hs. por FM La Tribu 88.7.
¡Gracias a los Rafaeles, a Pablo y a Matías (y a todxs los que laburan con ellos)!

22.6.10

Una pausa y nos quedamos

¿Desde dónde empezamos a contar nuestra vida? ¿Qué parte elegimos para narrar? Los dorados años de la infancia de Norah Lange en sus Cuadernos. El otoño de la niñez y los brotes de la adolescencia en un contexto político fuerte como Irene Gruss en Una letra familiar. La iniciación en las cuestiones del sexo y el amor como Osvaldo Bossi en El muchacho de los helados. Por citar algunas de las páginas de vida más bellas que he leído. Y agrego a esta preciosa lista En la pausa, de Diego Meret. Meret elige contarse como lector en una casa de un solo libro (el Martín Fierro en una edición bodoque pensada más como adorno que como obra literaria) que cuando aprende a leer empieza a leer todo lo que cae en sus manos: un lector autodidacta y desordenado. Como escritor que cree que para serlo debe vestirse de un halo de misterio, alquilar una pieza en un hotel lleno de cucarachas, impresionar al conserje. Como obrero textil que escribe sus poemas en la puerta del baño de la fábrica para que, tal vez, los lean sus compañeros de trabajo. Y, en las pausas del escritor y el lector que Meret quiere ser, nos cuenta una infancia retaceada de chico del conurbano, de casa con madre y hermana, de padre perdido y vuelto a encontrar una década después en un pueblo correntino... pequeños episodios, imágenes breves como pausas televisivas. En la pausa es una autobiografía honesta y conmovedora que recibió el premio Indio Rico 2008. Este jueves, Diego Meret estará echando sus delicadas menudencias a la parrilla de La Tribu.

21.6.10

La música de la prosa

Matilde Sánchez nació en Buenos Aires. Es traductora de inglés y se inició en el periodismo como intérprete para el equipo televisivo de la BBC, destacado en Buenos Aires durante la guerra de Malvinas. Desde entonces ha desarrollado una intensa actividad como editora y cronista en temas de cultura y política internacional. Es autora de Historias de vida, una biografía de Hebe de Bonafini (1985), y de las novelas La ingratitud (1990), El Dock (1993), primera finalista del premio Planeta y hoy valorada como uno de los libros clave para comprender la herencia de la última dictadura. También compiló Las reglas del secreto (1993), una antología comentada de la narrativa de Silvina Ocampo y La canción de las ciudades (1999), crónicas de viaje. Se desempeñó como editora en los suplementos Zona y Cultura y Nación de Clarín, entre 2001 y 2003. En los últimos años incursionó en la gestión cultural, como coordinadora del ciclo de conferencias Encuentro Internacional de Pensamiento Urbano, que dirigió Graciela Speranza durante tres años en el Teatro General San Martín. Los daños materiales es su última novela. Este jueves la voz de Matilde se suma al fogón de La Tribu.

19.6.10

El Alma Recobrada

Este año sumamos al ciclo la sección de recobrados, donde un escritor o escritora revive a otro escritor o escritora significativo para él y acaso desconocido para muchos lectores. Una suerte de espiritismo trasnochado y amateur. El jueves 24 de junio, Pedro Mairal nos traerá la voz del gran poeta santafesino César Mermet (1923-1978). Además de admirador, Pedro forma parte del equipo de curadores que desde hace años trabaja en la edición de la obra de Mermet, completamente inédita hasta el 2006. Algunos de los títulos que han ido saliendo del baúl de manuscritos son: El pan, Nadador de estío, Malabrigo, Callarse la naranja y Yo no estuve ahí (prosa). Vivir con un pie en la eternidad y el otro en el tiempo y su contingencia, dijo Mermet. Y acá estamos, en el fluir de la eternidad, reencontrándonos con él.

17.6.10

¿La palabra es el fotograma 0 de una película?

Cuando empezamos con el ciclo, a finales del otoño de 2006, ya nos parecía una provocación diseñar lecturas que sumaran la poesía y la narrativa. Nada del otro mundo y, tal vez, una exageración en nuestra percepción como público de este tipo de encuentros, esa mezcla parecía irradiar un aura bastarda y dar pasto a la persistente y miserable costumbre de separar en bandos. Con Carne Argentina siempre buscamos alguna manera de infiltrarnos y de cuestionar modestamente lo que habitualmente se espera de un ciclo de lecturas. Por eso, en 2009 nos animamos a un género que nos deleita y que nos regaló grandes momentos: la crónica. A partir de ahí empezamos a pensar en qué otras literaturas podrían arrimarse a nuestro fogón sin que corrieran peligro de convertirse en intervenciones académicas. Esta vez fuimos un poco más allá y le pedimos a Albertina Carri -directora, entre otras, de Los rubios, Géminis y La Rabia- que nos venga a leer algo de lo suyo, algo que muestre la literatura a la que después ilumina, pone sonido, monta y edita, la literatura que se hace cine. Por suerte a Albertina le pareció bien y la noche del 24 nos va a dar el gran gusto de tenernos atentos ahí, para escucharla.