22.11.13

Texto de presentación 21/11

Ayer estaba leyendo en la cocina de mi casa, con la ventana abierta, y escuché a la mujer del 4to. Es imposible no escucharla. Su voz es un trueno sostenido, encima el pulmón del edificio le hacía eco. 

-Piedad. Piedad. No quiero que me cuentes.

Ella habla así, con esas palabras, creo que son uruguayos pero desde hace años viven en el 4D, justo debajo de mi departamento. 
El marido no le da bola y la hija que es muy joven hace la suya. Ella los ataca o llora su indiferencia. Imagino que se debe sentir tremendamente sola. 
Ayer la escuché hablando por teléfono con un tal Edi. Se me ocurrió que podían ser parientes porque ella hablaba de irse a Uruguay. Había un tono de angustia e impaciencia en su voz. Dijo “mierda” varias veces. Y también dijo: 

-Piedad. Piedad. No quiero que me cuentes.

Pensé que era así, que a veces preferíamos no decir, no escuchar, no pensar. Poner puntos suspensivos y evitar las palabras. Un poco lo contrario de lo que venimos a hacer acá. Esta noche. La última del año carnívoro. Hay cosas que esperan ser dichas y palabras que esperan ser escuchadas. Y para eso está una uruguaya que no es mi vecina, sino una escritora poderosa venida especialmente de la otra orilla: Marisa Silva Schultze. Y está Vera Fogwill, que hace tiempo venimos persiguiendo para que venga a leernos. Y está Marcel Plá, fino escritor, también público habitué en noches pasadas. Y están dos maestros como Márgara Averbach y Roberto Raschella que nos dijeron que sí. Todos sentados en este sillón acuático, invento de Iñaki Echeverría. Estamos agradecidos, a ellos por venir, al Rusi por el video de presentación que ya es marca registrada del ciclo. A Seba y a Krusty por la música. A Leandro por el flyer. A Grillo por las fotos. Y a ustedes por habernos acompañado todo el año o por venir por primera vez a este rito de lecturas, tragos y charla amiga. 

Bienvenidos a la Colección Verano del Ciclo Carne Argentina. 
Que sea una gran noche para todos. ¡Salud!

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